1. El sol duerme
El sol se ha quedado dormido sobre un algodón de nubes; ya se han dormido los jilgueros y callan sus trinos y laúdes. El sol se ha quedado dormido y las palomas en los urces; ya no tocan las campanas, que la luna sonríe entre luces. El sol se ha quedado dormido, y no se oyen sirenas de buques; que a los balcones de mi casa el silencio y la calma lo cubren. El sol se ha quedado dormido y los leones en la noche rugen y en el pueblo solo habitan las notas de un silencio lúgubre. El sol se ha quedado dormido y el farolillo en la esquina luce; la luna bajando está del monte, en cementerio callan sus cruces, que el sol se ha quedado dormido como niño en cuna de nubes. |
2. La noche
En el convento de la noche cantan Maitines las estrellas; dormidos están los labriegos cansados de podar las cepas. Ya las abejas no liban lirios, ni rosas, ni azucenas, pues se han quedado dormidas en la cuna de sus colmenas. Pueblo que allá en la vaguada, dos lámparas lo velan y los pardos murciélagos de vuelo danzando con ellas. El labriego ha dejado las vacas que rumian la hierba seca, y al lado de los pesebres el yugo, el arado y las rejas. Sé que en el cielo hay caminos, lo mismo que por la tierra y los niños están ya soñando a jugar con su blanca arena. Sé que por el mar del cielo navegando están las estrellas, como si fueran los candiles de sus soñadas barquichuelas. Ahora se oye el viento seco y un aullido en la sierra; los monjes ya se han dormido como Ángeles de pureza. Ya vienen dos perros sueltos oliendo de puerta en puerta; se oyen otra vez las campanas, que el viento juega con ellas. Cuando despierte la aurora y el búho retorne a la almena, decidme si la luna llora ó hay que apagar las estrellas. Decidme si cesa el viento, ó si en el cielo no hay veredas, que yo seguiré soñando a la luz de la noche bella. |
3. Navidad
Ya vienen tres zagalillos corriendo por la majada, los tres zagalillos traen la Buena de la alborada. Deja labrador tus rejas, deja tu dura azada, que vienen tres zagalillos y te van a decir que vayas. Los rayos de sol se asoman cual centellas en el alba y alumbran ya al pesebre la cuna del Niño de mi alma. Que los zagalillos corran, que toquen ya las campanas, que en el seno del inmueble y lleno de telarañas está durmiendo un lucero al sonido de las arpas. Que tres zagalillos vengan pa´ saber lo que mandan. Vete a prisa peregrino, a prisa, que en la vaguada hay un niño en un pesebre y un asno y una vaca y el José y la María lo acunan con la mañana.- Que tres zagalillos vengan sobre nieve, algodón y nácar que una vez en el portal sonarán las guitarras, porque es la Navidad de aquella noche santa el recuerdo de aquel Niño que nos nació entre las pajas. |
4. La barquilla
Érase una barquilla que se hundía en altamar era yo niño, muy niño, y la luna con su brillo sobre el mar quería jugar. El huracán de la noche la hundía cada vez más y entre la noche y el frío la barquilla daba un gemido, como el moribundo lo da. Era muy niño yo entonces y yo no sabía nadar y soñaba que un cuchillo con su acero y con su filo al mar quería rasgar. A la barquilla de mis sueños la quise con fuerza salvar abriendo en el mar un camino como si él fuese un río por donde poder navegar. Yo los remos empuñé y con ellos me puse a remar, que ni un solo farolillo, ni brújula, ni indicios había para poder mirar. Con los remos en mis manos yo me veía ahogar y en mis esfuerzos dí un grito y desperté con el cariño en los brazos de mamá. Tu vida es la barquilla, no la dejes naufragar; empuña sus remos con brío, que en el puerto hay mil navíos que allí encontraron la paz. |
5. Canto a España
Así nació España de Europa la entraña un día, como hazaña, ungida y con maña; así nació España. ¡Cuánto se ha escrito de ti, cuánta vida y cuánta historia, qué valentía y qué gloria! aunque yo no viva allí. Machado por tierras de Soria te escribió versos con su pluma y esta mi poesía me abruma por escribirla a tu memoria. España, con olor a rosas rezuma y es tanta su gran belleza, que vestida de luz y de pobreza de sol se viste, de calor y bruma. Con qué ternura y destreza canta y llora tu guitarra con qué alegría canta la cigarra vaya un pueblo con entereza. Ya sea de cante y de farra ó de pasodoble en la fiesta, España se manifiesta con salero y con garra. Esta es la España, sí, esta; la cocina y sus asados, los bailes de enamorados, los labradores y la siesta. Hay taconeo en tus tablados, hay sol y azul de mar y en todos los pueblos un bar con tapas y vino ajerezado. Toros y palmas al cantar, niños, gitanillos callejeros, tizones debajo sus sombreros y solo pensando en jugar. España yo te venero quijotesca y siempre valiente, quien no te valore miente, la mejor del mundo entero. Creció en mi huerto tu simiente presa de mi corazón es mi España y con razón la tierra que mi alma siente. Si supiera España el punzón que me espeta quien no te quiere y cómo a puñalada hiere mi alma y vida en sazón. Si España bella supiere que su sangre es de galante y que tiene siempre un amante que te quiero, que te quiere. Yo sé que con vino y buen cante se mata mi triste pena, estar lejos de ti es condena !qué dolor y qué aguante! Y es que corres por mis venas y es que te quiero tanto, tanto que ni por demonio, ni por santo, he de olvidarte, ¡morena! La Virgen del Pilar con su manto Y abajo la Virgen del Rocío han nacido junto a un río como dos madres de encanto. En tus plazas toros bravíos y en tus bodegas alegría de Santander a Punta Umbría españoles llenos de señorío. ¡Hay, mi España! ¡qué valía!, ¡qué recuerdo tan bello, con qué amor llevo tu sello España del alma mía! |
6. Maletilla
Lleno en polvo y harapiento por caminos y sendas de Castilla va caminando un maletilla, con su cuerpo curtido de viento. De gitano alborotado tu pelo, soñando en vestirte de luces, con toro de sangre que balbuce; capa en mano y rodilla en suelo. Trozo en polvo de bravura, hombre que no es cobarde, en ruedo pasodoble y tarde con toros de los de Miura. Revoloteo de valentía tu vena, desnudo tu ser ante el toro, vestido con luces de oro y solos los dos en la arena. Toro sediento en sangre, embestida brava y con alma, maletilla toreando en calma, tu cara desafiando al hambre. Polvo con sol en la fiesta y pañuelos en los tendidos, el toro bramando herido, entra al capote y lo tiesta. Toro sediento en sangre, embestida brava y con alma, maletilla toreando en calma, tu cara desafiando al hambre. Te han visto nacer los corrales y aprendiste de niño la faena niño torero con ojos en vela y a la afición tu amistad repartes. Con olés, palmas y pitos se queda en silencio la plaza, que rozan tu cuerpo sus astas y la gente se asusta en un grito. Citando al toro en la corrida por manoletina ó pase de pecho, la bestia te entra en derecho, sin tener miedo a perder la vida. Y qué grande es tu afición, qué despecho y con qué aguante, qué citas con pie adelante y un estacazo remata la acción. A hombros contigo por el ruedo con bota de vino de Rioja, con sangre tu camisa blanca y roja en tarde de sol y fuego. Maletilla, gitano de hazaña. con luces, con oro y con grana, torea con valor y con garra, en tardes de sol y de España. |
7. Réquiem a Dalí
Genio en arte, de locura, fantasma en movimiento eterno; alborotado está tu cabello y quijotesco tu bigote de locura. Naturaleza en cuerpo vivo que navega en mar de nubes remando en barca de cruces por ese tu mar perdido. Ojos gigantescos del mirar en tu cara de divina comedia, rueda de tu vida en feria, y genio ungido del pintar. Música que nace de tus manos rima en sacrificio al arte; alba, noche, día y tarde, en abanico tu color sagrado. Cuerpos que se queman en azul, patas como hilos de alambre figuras retorcidas en hambre y el Cristo de Dalí en su cruz. Genio cierto en mundo incierto, ser sumergido en fantasía como la noche se sumerge en el día en el corazón un volcán de fuego. Hombre, niño, pincel y color no puedo expresar con palabras la belleza de tus pinceladas que dan sombras y luces de sol. Canto a lo divino en lo humano llevando vas poesía en tu alma como olas su blanca espuma con tus seres inmortalizados. Azul y rojo, cielo y mar, incienso en bruma y en rocas en vuelo de blancas gaviotas tus lienzos al mundo hablarán. En tardes de Cadaqués recordando a García Lorca pintaste junto a las olas con agua de sal a tus pies. Nubes de algodón en tus cielos monstruos naciendo de la nada cajones del vientre de una dama y seres vivos tus mágicos lienzos. De tu árbol cuelgan relojes queriendo alargar tu vida, pintor y genio, paloma herida, en vuelo de locas ilusiones. Engalanada la Gala de tus sueños y su cuerpo nacido en tus pinceles te han coronado de laureles y en arte llevas un sello por genio. El alma que en tí vive y no muere, se ha engendrado en tus cuadros y en ellos se ha hecho el milagro de vivir unidos eternamente. Ochenta y cuatro años de latidos ochenta y cuatro años todo un genio que Dios te conceda el premio del Paraíso por ti merecido. |
8. Recordatorio en paz
Cárdena la tarde de tus ojos cansados de mirar por la vida; con pena y caídos a trozos , en tierra cubierta de abrojos, penando de noche y de día. Cuerpos de gran transparencia, semilla en terreno divino con símbolos de reverencia, imagen de penitencia y sauce en valle perdido. Han caído los frutos de tu árbol y se ha secado la sabia de tu piel; con letras de oro sobre mármol yo coloco claveles y nardos y rezo un Avemaría a tus pies. Seres con manos temblorosas, sarmientos diminutos en el cuerpo; allí nacen un par de rosas donde posaron también mariposas, en sepulcro de silencio eterno. Nido de ratones y alimañas, camino de ida sin retorno; siega a golpe la guadaña entre tumbas y telas de araña y cuerpos sin vida, ni retoños. Trincheras testigos de tu miedo, hijos que acompañan tu martirio; en corta vida y largo entierro, tu cuerpo frío como el hierro, con corona de laureles y de lirios. Caverna en misterio profundo silencio eterno de universo: dejas recuerdo en el mundo que fuiste un árbol profundo y después un cuerpo frío y tenso. Me acerco a la orilla de la tumba a ver cómo nacen mis penas grito en caverna profunda alma sin ropa y desnuda con cuerpo y alma sin cadenas. Meditación pura y cristalina para los que dieron su sangre canción dormida y furtiva bulevar en ciudad perdida cuerpos llenos de enjambres. Camino largo y callado de viento dormido en ciprés camino triste y tan pisado que las campanas han llorado naciendo una cruz a tus pies. Toda tu vida fue una guerra y toda tu muerte fue una paz; hay tumbas en toda la tierra donde tu cuerpo frío se encierra con el búho de oscura soledad. Pésame en Requiem de dolor las campanas que lloran a muerte, cuerpos en pálido color, rosas marchitas sin olor y cirios con perfume a incienso. Embrión en eterna semilla, en muerte nacimiento infinito; en mar y sueño tu barquilla navega por mares sin orilla y hacia un descanso divino. |
9. Extremos
¿Qué es la vida, qué es la muerte, qué es la oscuridad y la luz, qué es la desgracia y la suerte, qué es lo débil y lo fuerte, lo fácil ó a cuestas con la cruz? Si es blanco, no es negro, si es alto, no es bajo, ni el cielo es un infierno, ni el gato pasa por perro, ni el ocio quiere trabajo. El hombre es para la mujer y la mujer para el hombre; la cuchara es para comer y las gafas son para ver en mundo de ricos y pobres. Ni el cuerpo vive sin alma, ni hay verano sin primavera, ni hay estrés sin la calma ni una noche sin alba ni ríos sin tener riberas. ¿Qué es un jardín sin sus rosas. y un mar sin sus marineros? qué es la mujer sin ser hermosa y una pluma en mano sin prosa y la miés sin un molinero? El Rey tiene una corona el río nace de un mantial; la vida no es para bromas no hay iglesia sin Roma ni cárcel sin un criminal. En el cielo y en la tierra, en el desierto y población, en el llano y en la sierra no hay paz sin que haya guerra ni odio después de un amor. ¿Qué es un fumador sin tabaco ó un avión sin un piloto? El gordo prefiere ser flaco, el perro está contra del gato, tampoco hay listos sin tontos. La cocina sin un cocinero es como un río sin agua, como una cartera sin dinero, como mar sin barca ó velero, como lluvia sin un paraguas. Que no hay poesía sin poeta, ni cuadro sin un pintor, que con su pluma ó paleta reparta color y mil letras despierto ó de soñador. |
10. Poema al caballo blanco
Caballo vestido de blanco en tierra de Jerez y Viena, crines de plata en la estepa y al trote en camino embarrado. Retozón y engalanado en tardes de primavera a galope por la vereda, erguido, altivo y gallardo. Jinete en tu lomo caballo, granizo y copo de sierra, espuma de mar en la arena y nube en cielo azulado. Pintor que te ha pintado con blanco de cinc en tela; eterna en polvo tu huella caballo del camino largo. En plaza de toros alado bailando al son de la espuela; clarines y palmas en fiesta, tarde en oro y viento parado. Caballo del Rocío sevillano blanco como de azucena, vestido de plata hasta Huelva de la Virgen enamorado. Indios del Oeste americano al trote en tu lomo de seda, a la caza del ciervo y la fiera y relincho en paja de establo. Te montó el griego y el romano y contigo hicieron la guerra con la espada ó con las flechas guerrero valiente el caballo. Crines al viento por el llano, eco en la calle de piedra, retozón en verde ribera tirando de las varas del carro. Piruetas en el circo y garabatos luciendo tu ágil destreza, con qué soltura y nobleza como si bailaras un tango. Caballo a la esquina amarrado esperando al amo de su siesta con aguante y con paciencia y envuelto de sol castellano. Montura en piel de venado con bridas de cuero negras, jinete ebrio de estepas sobre caballo montado. Los cantantes te han cantado y han escrito de ti los poetas cancioneros, versos y poemas, eterno en libros y cuadros. Caballo español retozando por las lomas y arena seca que vas dejando tu huella todo vestido de blanco. |